viernes, octubre 21, 2005

Nunca supe en que momento me resigné a permitir la incertidumbre como un socavón eterno en la planicie de mi alma. Pero así es, y desde entonces miré como a un bebé a todo aquel que se quejara de Lo pobre, triste e incompleta que era su vida.

...Y tenía pensado divagar sobre lo idiota que soy, y lo cerca y dispuesta que tuve la esperanza de adquirir el complemento que me falta hasta el día de hoy. Eso sería hablar de más. Hablar mas de tí. Basta de tí. ¿Si?